Habitualmente pinto en el aula de la casa de cultura de mi pueblo junto a un montón de amigos y amigas tan deseosos como yo por disponer de un rato para pintar y, por supuesto, charlar.

Durante el tiempo que tardé en pintar la serie de dos cuadros de la catedral y la cripta (a la izquierda y a la derecha respectivamente), me divertía mucho entrar en el aula de pintura y encontrarme a unos niños delante de mis cuadros mirando y discutiendo qué es lo que había cambiado desde la última vez que los habían contemplado. Como me gusta mimar los detalles y pintar elementos del tamaño de una gota, les costaba encontrar los cambios, y cuando les enseñaba, por ejemplo, una gárgola que había añadido, o un fauno, se quedaban boquiabiertas escuchando la explicación e incluso sugiriéndome añadir otros seres tales como el perro de tres cabezas de la película de Harry Potter que acababan de ver.

Igual que a ellos, me gustan los cuadros en los que hay que buscar detalles, quizá por eso, los pintores que más me han inspirado son Salvador Dalí, René Magritte, El Bosco y Pieter Brueghel el Viejo.

Aprovecho este huequecito para agradecer a todos los compañeros del grupo de pintura y, especialmente, a  Juan Berrospe, nuestro guía y profesor, los buenos ratos que pasamos en compañía de la Pintura.

Volver arriba